Incertidumbre, dolor, hartazgo, temor: el avance del coronavirus en el país y la continuidad del aislamiento preventivo pueden profundizar las crisis y dificultades emocionales. Mariana Lagos*, médica psiquiatra y psicoterapeuta, brinda ocho propuestas para transitar estas situaciones y proteger nuestra salud mental durante la pandemia.
“Las consecuencias de la pandemia se observan en lo inmediato y seguirán produciéndose en el mediano y largo plazo. La cascada de efectos en todas las áreas de la vida, desde los niveles más privados a los públicos, son innumerables e incluso inestimables”, explica Mariana. “Están suspendidos los rituales en relación a los fallecimientos y a los nacimientos, las normas culturales de nuestra sociabilidad están conmovidas. Estas circunstancias nos afectan fuertemente en nuestro modo de vivir, en nuestras emociones y nuestra salud mental”.
Mariana explica que las y los profesionales de la salud también se encuentran atravesados por estos cambios en sus propias realidades. “Al mismo tiempo estamos intentando comprender el impacto psicológico y psicosocial y buscamos prepararnos para el desafío de dar respuestas que alivien los padecimientos”.
Con ese objetivo brinda ocho sugerencias para el cuidado personal y colectivo:
- No asustarse frente a las diversas reacciones emocionales y conductuales. “Hay que intentar no patologizar los efectos. Es necesario comprender que las crisis muchas veces superan la capacidad de funcionamiento del psiquismo, hasta que se recupera el equilibrio y los recursos se reorganizan para responder a los cambios”, recomienda.
- Regular las exigencias y expectativas que depositamos en otras personas y en nosotros y nosotras mismas. “Tratar de ser pacientes, tolerantes y no agregar exigencias aún mayores a las impuestas por la pandemia puede ayudar a disminuir la frustración”, afirma.
- Buscar actividades placenteras y adoptar rutinas y hábitos saludables. Incluir dietas balanceadas, actividad física y evitar acortar o invertir el horario del sueño.
- Evitar aislarnos emocionalmente: mantener la en comunicación con familiares, amigos, grupos y redes sociales de pertenencia. “Hay que tener presente que las restricciones que impone la cuarentena son de carácter sanitario y preventivo, pero eso no impide continuar el contacto de otras maneras”, aconseja.
- Consultar con profesionales o servicios de salud mental ante la presencia de sentimientos de tristeza, crisis de pánico, trastornos de ansiedad o de sueño, ideas y preocupaciones obsesivas y recurrentes y otros tipos de malestares.
- Buscar alternativas para dar continuidad a los proyectos de vida de acuerdo a lo que permiten las condiciones actuales. “Con la extensión necesaria de la cuarentena se presenta la necesidad de retomar planes y superar la sensación que todo se suspende o posterga. Encontrar formas distintas y creativas de hacerlo permite recuperar las vivencias de potencia y satisfacción”, expresa Mariana.
- Acotar y seleccionar la información que se consume y el tiempo en redes sociales. “Hay que procurar no perder la capacidad de pensamiento crítico frente a los medios masivos de comunicación. Algunos mensajes como identificar a la cuarentena en lugar de a la pandemia como causante de los daños producen descontento, enfrentamientos y resaltan el individualismo”, opina.
- Enfocarse en la construcción de una experiencia social que permita llevar adelante la crisis sanitaria de forma colectiva. “La puesta en valor del cuidado de la salud, del esfuerzo conjunto, de la protección de los más vulnerables, del reconocimiento efectivo a los trabajadores de la salud y a quienes llevan adelante las tareas esenciales, puede iluminar con esperanzas los costos y la salida de esta tremenda crisis sanitaria mundial”, concluye.
*Mariana es presidenta del Capítulo de Salud Mental, Derechos Humanos y Emergencias Sociales de la Asociación de Psiquiatras Argentinos (APSA). También es miembro del Equipo Argentino de Trabajo e Investigación Psicosocial (EATIP).