Carolina Setton es actriz, psicóloga y maestra de teatro desde hace 15 años. A partir de su reciente experiencia en coordinar talleres de teatro online para niños y niñas habla sobre la importancia del encuentro y de la creatividad para sobrellevar el encierro.
Cuando se declaró la pandemia Carolina decidió retrasar el inicio de las clases y talleres que da en la Ciudad de Buenos Aires. En ese momento pensó que hacer teatro online con chicos y chicas era algo imposible. Sin embargo, cuando abrió sus primeros grupos por Zoom, unos meses después, descubrió que la virtualidad daba más posibilidades de las que pensaba y que contar con un espacio de expresión podía ser sanador para las infancias en medio del aislamiento.
“Me di cuenta de que no solo se pueden mantener los vínculos sino también generar nuevos. Hay participantes que ya venían de lo presencial y otros que se incorporaron ahora y en igual manera pueden conversar, discutir, hacerse preguntas”, cuenta Carolina. “Al principio quise evitar hablar de la cuarentena, pero me di cuenta de que necesitaban expresar lo que sentían respecto a la situación. Lo hacemos a través del juego, donde pueden mostrar sus fantasías y sus temores”.
¿Qué pensás que les hace falta más a las niñas y los niños en este contexto de aislamiento?
Algo que les falta es ¡el recreo! Los recuerdos que tengo de cuando yo iba a la primaria no son sobre los contenidos, sino sobre el recreo: me acuerdo cómo me acercaba a mis amigas, cómo organizábamos los juegos. Es un momento muy importante, donde aprendemos de verdad y nos conocemos a nosotros mismos. Creo que sería fundamental que todos los chicos tengan un espacio así.
Tus clases en algún punto funcionan como un recreo, ¿no?
Sí, es verdad, aunque con una moderación y desde el juego teatral. En los talleres trato de dar lugar a las propuestas y las iniciativas que traen y también me callo para que dialoguen entre ellos.
Algo que busco es que haya un equilibrio entre recibir y dar. Me parece que con la pandemia la escuela quedó muy reducida a los deberes. Con los talleres quiero compensar eso, porque creo que si los chicos se vuelven solo receptores de tareas quedan silenciados, desaparecen. En este espacio trato de volver a darles un espacio de expresión porque es impresionante todo lo que tienen para decir. Yo siento que tienen mucho entusiasmo y agradecen que se los escuche.
¿Y qué expresan principalmente los chicos y chicas en tus talleres?
Veo un congelamiento, un estado de no saber. También cierta ansiedad, frustración y enojo. Algo que reconocí en todos los grupos es esa intención de traspasar la pantalla y agarrarnos. Y yo pienso que mantener el anhelo de llegar al otro es fundamental, aunque sea insoportable.
¿Qué es lo más valioso para vos de estos espacios?
La presencia: que sepan que estamos aislados físicamente pero no estamos lejos, podemos seguir en contacto. Hay una tendencia a pensar que si pudiéramos salir estaría todo bien, pero es importante poder encontrar la libertad en la imaginación y en el propio cuerpo. Que podamos despertar el entusiasmo y no dejarnos ganar por el miedo.
Además, el juego teatral tiene un valor terapéutico, permite ablandar el punto de vista que uno tiene fijado. Tiene el poder de crear sentidos nuevos, de abrir posibilidades y eso disminuye muchísimo el sufrimiento. Muchas veces es difícil, pero creo que en este contexto es fundamental incentivar a los chicos a hacer amigos, a armar vínculos, a seguir abriendo el corazón.
Contacto: carolinasetton@gmail.com