Nota publicada en el sitio web de Discovery Latinoamérica en 2015
¿Sabías que para fomentar el pensamiento creativo y libre no hay mejor inspiración que una habitación con techos altos? Aunque suene extraño, diversos estudios lo afirman. Descubre cómo actúa nuestro cerebro según el entorno y cómo la arquitectura puede impactar tu vida diaria.
Al imaginar una habitación que promueva la creatividad pueden pasar por nuestra mente distintas ideas: desde la música que debería sonar hasta los objetos inspiradores que podríamos colocar en ella. Sin embargo, hay otros aspectos que pueden afectar el comportamiento de nuestro cerebro sin que lo imaginemos. Un factor esencial –según científicos y profesionales de la arquitectura y diseño– es la altura a la que se encuentra el techo.
El efecto catedral
Muchos estarían de acuerdo en afirmar que las estructuras de las grandes iglesias son inspiradoras, pero seguramente tendrían hipótesis diferentes para explicar este fenómeno. Algunos podrían opinar que la razón es espiritual, artística o acústica, pero los diseñadores lo atribuyen, precisamente, a los techos sumamente elevados que poseen.
En el manual Principios universales de diseño, publicado en 2011, los autores denominan al fenómeno de la influencia de la altura del techo en el procesamiento mental como efecto catedral. En la publicación española se afirma que este tipo de entornos lleva a la abstracción, a la libertad, a la creatividad mientras que los techos bajos, al contrario, promueven atención en lo concreto.
Las pruebas de la ciencia
Desde 1950 diferentes grupos de investigación han analizado cómo el diseño y la arquitectura influye en nuestro comportamiento y bienestar, pero recién en los últimos años se han hecho descubrimientos específicos sobre el impacto de la altura de los techos en las personas.
Meyers-Levy, un profesor de la Universidad de Minnesota publicó en 2007 un estudio que puso en evidencia el efecto que tienen los techos altos en el pensamiento humano. A través de varios experimentos realizados con 100 participantes, los investigadores comprobaron que los techos altos fomentaban la libertad, la creatividad y la abstracción, mientras que los techos más bajos provocaban maneras de pensar más concretas. El investigador concluyó que los techos bajos hacen que las personas sean más detallistas; por lo cual este tipo de construcción sería ideal para las salas de cirugía mientras que los techos altos serían idóneos para sitios como los centros de arte.
Un estudio reciente de neurociencia que fue dirigido por el psicólogo Oshin Vartanian de la Universidad de Toronto arrojó datos que apoyan este descubrimiento. El equipo de investigación realizó una prueba con 200 participantes que fueron analizados por un escáner cerebral mientras observaban imágenes de habitaciones con diferentes alturas de techos. Los voluntarios debían responder si la habitación les parecía bella o no, pero los datos realmente valiosos se obtuvieron al observar la actividad cerebral (más allá de que los espacios con techos elevados recibieron más valoraciones positivas). En los momentos en que las personas observaban este tipo de construcciones, los investigadores encontraron mayor actividad del lado izquierdo e izquierdo frontal medio del cerebro, dos sectores que están relacionados con la exploración visual-espacial.
Oficinas inspiradoras
Luego de que la ciencia y la psicología se dedicaran a investigar este fenómero, algunas compañías comenzaron a prestarle atención.
Scott Wyatt, socio en NBBJ, una firma de arquitectura que ha diseñado las oficinas de empresas como Google y Samsung afirma: “Existe bastante investigación que sugiere que los techos altos promueven un mejor desempeño en cuanto al pensamiento conceptual, mientras que los más bajos son mejores para el pensamiento matemático”.
En su libro sobre creatividad inGenius, Tina Seeling describió las oficinas de una pequeña compañía que tiene gran interés en despertar la creatividad de sus empleados. Los puntos destacados para la autora son los artefactos que invitan al juego y a la creatividad y, por supuesto, los techos altos.
¿Qué te parecieron estos descubrimientos? La próxima vez que desees dejar volar tu creatividad, ¡bríndale espacio!